Las tomas están al alcance de los niños, a baja altura y en un espacio al aire libre, lo cual representa un riesgo severo si no hay supervisión constante. Las tapas de los tomacorrientes no están cerradas herméticamente, y hay evidencia de que los enchufes están energizados (como se ve en la imagen con el detector de tensión). El cableado superior de la luminaria parece improvisado, con la aislación visiblemente dañada o mal instalada. La caja no tiene un encapsulado estanco, por lo que no es apta para exteriores si no tiene el grado de protección adecuado (por ejemplo IP65 o superior). El cartel de advertencia está bien colocado, pero no suple las fallas constructivas ni los riesgos reales existentes.
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